Tradiciones
«Los Quintos» es una tradición que aún sigue viva en Parada. Los jóvenes que cumplen 18, son protagonistas a lo largo del año de celebraciones en las que se implica todo el pueblo.
El Mayo
El día 1 de mayo los quintos «ponen el mayo». Cortan el árbol más alto del pueblo (15 metros aproximadamente), y lo suben a pulso, antiguamente en la plaza del pueblo, hoy día en los aledaños del ruedo cultural, con ayuda de carros, escaleras, cuerdas y la colaboración popular. Su copa se decora con ramas de pino, un cartel en el que se reflejan los nombres de los quintos del año, y unas calabazas.
Después, los quintos se van a cenar, invitando a las personas que han colaborado.
La Hoguera
La víspera de la Inmaculada (7 de diciembre), los quintos preparan una gran hoguera y, al rayar la medianoche, en presencia de todo el pueblo, se prende. Es tradición que los quintos cojan a las chicas que serán quintas el año siguiente y «las tiren a la hoguera», así como que, los chicos que serán quintos el año siguiente, intenten derribar la hoguera.
Cuando ya el fuego va amainando, los quintos van a pedir el «medio cántaro», así, los novios forasteros de las chicas del pueblo han de pagar a los quintos el dinero equivalente a lo que cuesta un cántaro de vino y, si no quieren, se les tira al pilón. Esto último en la actualidad no se sigue realizando.
El Aguinaldo
Comienza el año con la salida de los quintos a pedir el «aguinaldo.» Antiguamente, llevaban pañuelos bordados por las novias en los hombros e instrumentos musicales, almireces, castañuelas y pitos.
Hoy, quintos y quintas salen juntos, en invitan a la gente a un trago. Con la recaudación se prepara una merienda.
Cabalgata de Reyes
Cada 5 de Enero los quintos organizan la cabalgata de Reyes. Hacen un recorrido por el pueblo repartiendo caramelos y regalos para los niños.
En los últimos años se han celebrado en Parada Reuniones de quintos de años pasados.
La quinta de 1945, o las de 1958, 1959 y 1960, organizaron un reencuentro en el que compartieron anécdotas, bailes y risas, además de la alegría por volver a estar todos juntos tras haber compartido sus años de juventud.
Muestra de ello, son algunas de las imágenes que podéis observar…
El Lunes de Aguas, fiesta tradicional desde tiempos atrás de nuestra tierra, y nuestro pueblo en particular, es la fiesta del hornazo, una celebración que nos invita a todos a salir de casa e ir al monte a merendar.
Dicen del hornazo que es «hijo del horno y de la cuaresma», pues se regalaba al predicador cuaresmal. Se trata de una «empanada contundente de jamón, lomo, chorizo y huevo cocido.» Según el diccionario de Autoridades, «la rosca con huevos que se solía dar por Pascua de Flores.»
Nuestro pueblo tiene su historia particular del Lunes de Aguas. Estas fotografías dan una muestra de cómo hace 50 años aproximadamente, también se preparaba esta fiesta, no con hornazo, pero sí con la caldereta de cordero y buen vino. Ya de vísperas se mataba el cordero y se cenaba. Se preparaba todo para el día siguiente.
Hoy lo seguimos celebrando a nuestra manera, en el campo sí, el segundo lunes después de Pascua también, pero comemos hornazo, o lo que nos parece, o apetece.
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El vino ha marcado desde tiempo inmemorial el calendario, las rutinas, costumbres, las fiestas y el paisaje de esta tierra. En la comarca de La Armuña y la Tierra del Vino las temperaturas son extremas, con inviernos muy fríos, con apenas 3 grados de media, y veranos secos y calurosos, según los rigores de un marcado clima continental, con muy pocas lluvias a lo largo del año. Condiciones que dan a la uva una marcada personalidad para los amantes del vino.
Sólo cuando la uva adquiere la maduración adecuada, (aproximadamente entre últimos de septiembre y principios de octubre) se lleva a cabo la vendimia, separadamente por variedades y con las más cuidadosas técnicas. Cuidados que se mantienen en el traslado de las uvas a las bodegas.
Tras la cuidadosa recogida de la uva en cestos, se lleva a cabo el desrasponado, y el prensado del vino, ancestralmente mediante el pisado, obteniéndose el primer mosto. La operación fundamental de la que depende el éxito de todo el resultado.
Éste, será modificado en sucesivas etapas, distintos trasiegos, hasta alcanzar el equilibrio necesario para la fermentación, donde reposará en estas bodegas hasta el momento de ser embotellado.
Son procesos ancestrales, reiterados, que adaptados a los tiempos se mantienen en
espíritu.
Nuestro pueblo pertenece a la Denominación de Origen «Tierra del Vino de Zamora.» Parada de Rubiales cuenta con una gran tradición vitivinícola y con numerosas bodegas antiguas
En Parada de Rubiales, la veda se abre a finales de octubre y la temporada se cierra a últimos de enero.
En nuestra localidad se practica la caza menor, es decir, destinada a la caza de animales tales como conejos, liebres, perdices, palomas, etc.
Los cazadores son de dos tipos: de escopeta y galgueros. Éstos últimos, sólo pueden utilizar al perro como único medio de captura del animal. Los domingos y festivos (excepto el día de todos Los Santos), son los días elegidos para salir de caza.
Con las primeras luces de la mañana, se pueden ver pequeños grupos de cazadores por las calles con las armas, los perros y el bocadillo. Una vez reunidos, se lanzan a recorrer el término por los diferentes caminos.
La mayoría vuelve a casa con, o sin presas, a la hora de comer, algunos aprovechan también, las tardes para disfrutar de esta actividad, que hace que mucha gente foránea se acerque a su pueblo en estas fechas.
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Más que una tradición, es una forma de vida para la gente de los pueblos, sobre todo de zonas, como la nuestra, que por sus características climáticas favorecen la curación de los productos que se elaboran. «Dicen que del cerdo se aprovecha todo, hasta los andares.»
Actualmente, las tradicionales matanzas, tan útiles en otros tiempos, van pasando a un segundo plano. En nuestro pueblo aún hay familias cuyo sustento principal es la carne del cerdo, que bien embuchada, congelada, envasada al vacío, adobada, etc., dura prácticamente durante todo el año.
Las matanzas, o mondongos, han cambiado mucho en los últimos tiempos. Actualmente, se tiene más «consideración» hacia el cerdo, los análisis de las vísceras son imprescindibles.
Una matanza de dos ó tres cerdos suele durar dos días. Normalmente, los amigos de la familia acuden por la mañana temprano para ayudar a matar y «chamuscar» al cerdo y luego son invitados a un sustancioso almuerzo, con las patatas con sangre como protagonistas. Después, los hombres deshacen el animal, separando los diferentes tipos de carnes: lomos, jamones, carnes para picar… y las mujeres se dedican a preparar las morcillas, pelar las patas y las orejas, cocinar, fregar «los cacharros», etc. Después de comer, es el turno de picar la carne y preparar el compango para las chichas, que reposará toda la noche para, a la mañana siguiente, hacer los chorizos.
El último día, una vez colgados los chorizos, es el día de hacer la manteca (y los típicos chicharrones), hacer los adobos y sobre todo recoger todo lo manchado.
LAS CANDELAS
Fiesta religiosa. Se ofrecen en la Iglesia tartas, y el típico bollo maimón, en el ofertorio a la Virgen del Rosario «en las veladas.»
Al finalizar, se hace el canto de la Presentación de Jesús en el Templo.
LAS VELADAS
Hoy día, prácticamente ya no se celebran por falta de gente. Se celebraban una semana antes de Pascua de Pentecostés.
La velada se realizaba cada día en un barrio (eran 8 barrios y el domingo era el turno del Ayuntamiento.) Durante el día, tenían lugar la misa y la procesión, por la tarde, una pequeña romería, y por la noche se concluía con un baile.
Durante estos días, las puertas y ventanas de las casas estaban adornadas con retamas florecidas que la gente se encargaba de traer del monte.
El día de Pascua de Pentecostés se bendecían las viñas. Se pedía para que el tiempo fuera propicio para una buena cosecha.
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