"Un siglo labranza "

Surge, nuevamente, de la iniciativa de las mujeres recuperar, en una exposición atemporal, los trajes, atuendos, lencería, ropa de cama, o complementos, con al menos un siglo de antigüedad.

En ella se pudo ver un traje charro antiguo de hombre y de mujer y, por contraposición, uno moderno de cada uno, todos ellos con sus complementos: jubona, pañuelo de cabeza, faldiquera, cinta cintura (escucha pedos) y zapatos con hebilla de plata.

A cada maniquí se acompañaron los elementos característicos propios, como la gaita, el tamboril y las castañuelas.

Se expusieron una colcha de patchwoch de más de un siglo de antigüedad (realizada por Felicitas Santos), juegos de sábanas bordados en los mismos cajones de las antiguas cómodas (ver fotos), toallas bordadas, mantones bordados a mano, que lucieron nuestras abuelas, muy bien presentados en las sillas de enea, o un tapete bordado para cubrir arcones, cantareras.

Además, la exposición contaba con un traje, o conjunto, que se utilizaba para ir a misa y al baile con su toquilla, mantón negro (prenda de abrigo utilizada también para resguardar debajo a los niños), velo de misa, mantilla de la boda de Úrsula Fernández y una capa de fiesta.

 

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